© Cristian “Criss” Salazar N. Los contenidos de este sitio están basados en las obras de investigación del autor tituladas "LA BANDERA DE LA BOHEMIA. Recuerdos de trasnoche en el 'barrio chino' de Mapocho" (Registro de Propiedad Intelectual Nº 2022-A-3489) y "LA VIDA EN LAS RIBERAS. Crónicas de las especies extintas del barrio Mapocho" (Registro de Propiedad Intelectual N° 2024-A-1723).
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Vista de calle Bandera hacia el norte, esquina con San Pablo, en enero de 1927, con los trabajos de las líneas de tranvías. En la esquina derecha se observa la Botica Boston, y en la izquierda el sector en donde estaba el restaurante Venecia en sus primeros tiempos. Imagen de los archivos de Chilectra. Aunque restaurantes y bares como el Hércules, Glanz, Antoñana, Teutonia, Alemán o Zum Rhein se esmeraron en salpicar con sus nombres algo del confeti romántico de la vieja Europa sobre las calles del “barrio chino”, nada ha estado más lejos de la postal de Mapocho y su río que los maravillosos canales venecianos cruzados por estilizados gondoleros, mostrando a sus pasajeros el Palazzo Ducale o la torre de la Piazza di San Marco. Ni siquiera en la época de las crecidas del caudal del río, cuando las calles ribereñas de Santiago quedaban convertidas en tranques y las puertas de las casas en esclusas, podría haberse formulado semejante comparación. Sin embargo, hubo de...
Antiguo vendedor de pequenes en las calles de Santiago, en postal fotográfica de la Casa León, publicada en el sitio FB "Postales y Fotos Antiguas de Provincias de Chile". Tomada del Flickr "Santiago Nostálgico". La creencia popular tiene asociados los mariscales y alimentos marinos, en general, con las urgencias de “reponerse” físicamente después de una fiesta o para componer cañas malas por una buena trasnochada. La apertura de marisquerías del Mercado Central en las mañanas ha abonado a esta tradición, momento en que los ojerosos concluían cada alegre correría. Sin embargo, por largo tiempo fueron los pequenes aquellos que corrían con la misma tarea de resolver los bajones de hambre: antes, durante y después de la entrada a los clubes nocturnos y los barrios bohemios del Santiago, siendo uno de los principales el de Mapocho.
Publicidad del Zeppelin para sus eventos de Año Nuevo de 1956, en "Las Noticias de Última Hora". El Zeppelin, mítico boliche del empresario nocturno Humberto Negro Tobar, tenía un fuerte y casi cegador brillo propio con seductoras divisas como “donde la noche es corta”. Fue un cabaret que aspiró algo de buen pelo en la escena bohemia, además, primero de su tipo en Santiago, precursor de los espectáculos nudistas y de los establecimientos tipo night clubs que aparecerán con más desenfado desde esos años. El Zeppe , como lo llamaban muchos, estaba en Bandera 856 junto al edificio del ex Hotel Bandera. Su cartel luminoso lo señalaba casi enfrente de Aillavilú, pleno “barrio chino”. Había sido fundado hacia 1924 o 1925 por don Carlos Simón según autores como Osvaldo Rakatán Muñoz, aunque el mismo aseguraba que el cabaret cumplió 60 años en 1975. Simón era también el dueño del restaurante La Cabaña, atractivo para escritores e intelectuales. Nano Acevedo ase...
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