Celebrando de amanecida en La Cabaña

 

Detalle con la imagen de la Swing Band de Saint Lorenz en La Cabaña, en aviso publicitario del año 1940.

Dijimos en otros artículos que la dirección de Bandera 755, enfrente del gran Edificio Capuchinas, correspondía antaño a la Pensión Los Sports y después a un famoso club con bailables llamado Shangay. A pesar de la popularidad alcanzada en el período por aquel establecimiento, el salón de encuentro y celebraciones en el mismo lugar, situado en los altos y al que se accedía por una larga escalera, iba a experimentar una etapa todavía más exitosa dentro de la bohemia y el espectáculo santiaguinos.

Sucedió que, durante un tramo de tiempo desde fines de los años treinta hasta inicios de los cuarenta, el Shangay fue objeto de cambios y mejorías importantes, entre ellos el de su propio nombre: pasó a ser ahora el music-hall nocturno y dancing La Cabaña, pequeña fantasía de estilo Broadway constituyéndose como otra de las primeras boîtes de Santiago por su actividad nocturna, según recordaba el periodista y cronista de espectáculos Osvaldo Rakatán Muñoz. Una nueva vida comenzaba para ese segundo piso santiaguino con pista de danza y bola de espejos, entonces, en la misma alegre dirección de Bandera.

De acuerdo a lo que señalan los testimonios, al club lo había fundado y dirigido desde los tiempos en que era el Shangay el argentino Ángel Capriolo, conocido músico del ambiente nocturno y quien tocaba bandoneón en el lugar con su hermano Eduardo. Dice Rakatán que el distinguido maestro fue "un hombre junto al cual se formaron muchos cantantes que después fueron famosos y cuyos pseudónimos el mismo buscó". Tal fue el caso de Carol Fonté, cuyo apellido real era Verdejo y quien después de haber empezado como groom del Club de la Unión, escribió piezas como el foxtrot "Rosita", junto a Fernando Morello, quien la grabó en la RCA Victor y la interpretaba con su orquesta:

Tengo en mi jardín una rosita
tan fragante y tan bonita,
que hace a todos suspirar.
Un poquito más allá hay un clavelito,
muy chiquito y muy guapito,
que suspira y canta así:

Ay, Rosita, ay, m'hijita,
no me hagas más sufrir;
dame una sonrisita
para yo poder vivir.

Ay, Rosita, ay, m'hijita,
yo me muero de esperar,
y mi alma se me rompe
ya de tanto suspirar.

De acuerdo al escritor y cronista Enrique Lafourcade en “Hoy está solo mi corazón”, además, don Ángel solía aparecer a veces allí en los tiempos que siguieron. Si acaso calculamos bien las fechas, esto habría ocurrido ya después de haber sido director del boliche, cuando continuó haciendo presentaciones propias.

Publicidad para la boîte y dancing club La Cabaña, de calle Bandera, publicada en "Las Últimas Noticias", año 1940.

Avisos de La Cabaña publicados en "La Nación" en julio y agosto de 1942.

Avisos de La Cabaña publicados en "La Nación" en junio de 1942.

Vista de calle Bandera desde la esquina de San Pablo en 1968, en el filme chileno "Tres tristes tigres" de 1968, de Raúl Ruiz. Las hoy desaparecidas fachadas antiguas que ocupan más parte en la acera casi hasta la calle y que rompen la línea más retrocedida de los demás locales comerciales corresponden al inmueble en donde estuvieron establecimientos como Los Sports, El Shangay y La Cabaña.

Más publicidad del año 1940 para el club de La Cabaña, destacando en ella sus varias atracciones artísticas.

La Cabaña parece señalar parte de los inicios en las carreras profesionales para músicos como Nino Lardi (Orlando Minieri) y Chito Faró (Enrique Motto Arenas), también relacionados con la influencia y dirección de Capriolo. Faró, quien había comenzado su aventura artística en el cabaret Chanteclaire de San Diego con Matta, se erigió con velocidad como una de las celebérrimas figuras entre las clásicas noches de Santiago y, por esos mismos años, escribiría su famoso vals "Si vas para Chile". Rakatán agrega que, cuando estuvo en el país el astro mexicano Jorge Negrete, Faró le mostró su canción "El viajero del amor", dejando al actor y cantante tan sorprendido con ella que prometió cantarla en su próxima película. Así lo habría hecho en un film con ese mismo nombre, pero sin que Faró pudiera gozar de regalías. Empero, esto parece más un mito con toques de confusión: Negrete estuvo en Chile en 1946, mientras que la canción de marras, titulada más exactamente "Peregrino de amor", aparece interpretada por el artista charro unos años antes en la comedia "Juntos, pero no revueltos", de 1939.

Tocaban también en el club de Bandera la Orquesta Típica de Mario Gallucci, con el cantante Camiletti al micrófono, y la Orquesta de Jazz de Saint Lorenz, maestro y director de la Swing Band. La Saint Lorenz llegó a ser todo un símbolo y carnada en la oferta de La Cabaña, de hecho.

En 1940, había debutado en el mismo escenario de La Cabaña la dupla de bailarines Brown y Mejías. Se presentó, ,el “mago del equilibrio” Mario Artons, entre otros números artístico de estupenda categoría. Dos años después, musicalizaban los bailables la Orquesta Típica Argentina y la Orquesta de Jazz Cubana, con fiestas a pista completa.

Presentándose oficialmente como night-music-hall en la publicidad, para las grandes celebraciones realizadas en La Cabaña había disponible un equipo de nada menos que 50 bellas bailarinas, enorme atracción dentro del espectáculo principal. Durante las Fiestas Patrias, además, el club preparaba un programa especial de festejos invitando al público a una jornada en donde habrían regalos, rifas, champagne, globos, luces ornamentales, serpentinas y todo lo necesario para una fiesta a nivel internacional, digna de un local que hizo leyenda.

Tras acabarse su época de bonanza en los altos de Bandera, sin embargo, La Cabaña cerró las puertas del club sin encontrar relevo a su altura. En nuestra época ni siquiera existe ya el viejo inmueble que alguna vez fue llamado con su nombre, como para poder llevarle flores o prenderle inciensos.

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© Cristian “Criss” Salazar N. Los contenidos de este sitio están basados en las obras de investigación del autor tituladas "LA BANDERA DE LA BOHEMIA. Recuerdos de trasnoche en el 'barrio chino' de Mapocho" (Registro de Propiedad Intelectual Nº 2022-A-3489) y "LA VIDA EN LAS RIBERAS. Crónicas de las especies extintas del barrio Mapocho" (Registro de Propiedad Intelectual N° 2024-A-1723).

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