Una fuente de soda con peluquería en Bandera 814
Señores en una mesa. Imagen publicada en "La Nación", año 1918.
El negocio recreativo de Bandera 814 tenía un antecedente desde 1917, cuanto menos: como cigarrería y peluquería, que eran propiedad de don Donato de Negrete y, más tarde, de su esposa Rosa de Negrete. Esta iba a ser una curiosa combinación de roles para un mismo par de locales pareados en la misma dirección: sala de entretención adulta, en el anexo, y salón de corte de pelo, en el espacio central. Es algo que podría decepcionar a quienes pudieran creer que el famoso boulevard de la Peluquería Francesa, símbolo histórico del barrio Yungay, fue el primero caso en ofrecer esta dualidad comercial.
Ya en los años veinte, el negocio ofrecía también servicios e implementos para celebraciones particulares, especialmente para encuentros relacionados con bautizos y matrimonios. Parte de su oferta era la impresión gratuita de tarjetas e invitaciones para quienes requirieran del mismo. Vinieron después algunos cambios importantes, no sólo de orden administrativo en el edificio de dos pisos y con pequeños balcones a la calle. Su nivel inferior acogía a los establecimientos comerciales, mientras que las piezas del segundo fueron destinadas al arriendo de moradores pobres.
Lo que antes fue la cigarrería había ido mutando o ampliándose al servicio de fuente de soda y probablemente restaurante con bar. Esto sucedía cuando los establecimientos de las fuentes de soda en el comercio chileno comenzaron a adoptar características más actualizadas de cervecerías populares, proliferando así desde los años treinta y dejando atrás el cariz más inocente o familiar que tenían los negocios homónimos del pasado, que eran más parecidos salones familiares de té y malteadas.
Cabe recordar que Bandera fue otra calle que concentró dicha clase de establecimientos y especialmente en aquellas cuadras. Incluían ofertas de bocadillos rápidos y resultaron importantes también en la actividad de bohemia diurna y nocturna de entonces. En algún período hubo otros negocios del barrio noctámbulo que también adoptaron este semblante comercial de fuente de soda, incluso algunos vecinos al que acá revisamos.
También eran frecuentes las reuniones de camaradería política en aquellos establecimientos de Mapocho, muchos de ellos convertidos en los célebres clubes democráticos de la época. El negocio del 814-1816, particularmente, no fue la excepción y así se realizaban en él algunas reuniones partidistas de la antigua agrupación Demócrata, hacia agoto de 1932. Además, el segundo número de la misma dirección había pertenecido también a una marroquinería durante la misma época, mientras que los altos eran habitaciones.
Vista de calle Bandera hacia el norte, esquina con San Pablo, en enero de 1927, con los trabajos de las líneas de tranvías. En la esquina derecha se observa la Botica Boston, y en la izquierda posiblemente al restaurante Venecia, justo en la esquina. Más al norte de esta esquina estaban el American Bar y la Fuente de Soda. Imagen del archivo Chilectra.
Imagen de calle Bandera mirada hacia el sur, en la cuadra del 800, publicada en "La Nación" del 18 de septiembre de 1938. En el costado derecho del encuadre se distinguen las fachadas y carteles colgantes de los establecimientos Hércules, Estrella de Chile y Cabaret Zeppelin. La fuente de soda y peluquería quedaban poco antes de la esquina con calle San Pablo, por el centro de la imagen.
Incendio ocurrido el jueves 21 de noviembre de 1940 en Bandera 818, sobre la Fuente de Soda y la peluquería Higiénica que eran propiedad del señor José Goumieres. Al día siguiente del siniestro, fue encontrado el cadáver de una anciana en la habitación donde comenzó el fuego, en el segundo piso. Fuente imagen: diario "La Nación".
Sin embargo, hacia las 20.30 horas del jueves 21 de noviembre de 1940, siendo la fuente de soda era propiedad de don José Gourmieres, estalló un incendio en la dirección de Bandera 818, justo encima de ambos locales. El edificio atacado por el fuego era propiedad de la sucesión de Jesús Barros Ballesteros y carecía de seguros. Cerca de 100 mil pesos de la época costaría aquel desastre.
El siniestro había comenzado luego que se descontrolara un anafre de parafina marca Primus de doña Carmen Jara Berríos, quien residía en los señalados altos del viejo inmueble. Tanto la inquilina como su hermano, Luis Jara, terminaron hospitalizados en la Posta Central con graves quemaduras en el rostro, cuello y los brazos. Peor suerte tuvo la suegra de Carmen, doña Adelaida Rojas viuda de Salazar, de 84 años, inválida y con facultades mentales perturbadas, quien fue encontrada carbonizada allí al día siguiente, entre los restos calcinados de su cuarto.
A pesar de la pronta llegada de los voluntarios de bomberos, las llamas se habían propagado rápidamente alcanzando los demás cuartos, en donde hospedaba gente muy modesta. Tocaron también a los locales del primer piso y otros vecinos. En el zócalo del mismo edificio estaban aún el bar, con sencillez llamado Fuente de Soda (aunque parece haber tenido otros nombres, en ciertos períodos), y la peluquería con salón de belleza, cuyo nombre era La Higiénica, la que ocupaba a la sazón el número 816. Otros locales vecinos severamente dañados fueron un taller mecánico de don Francisco Toribio (números 820 y 822) y algunos negocios menores de los costados, aunque estos últimos fueron afectados principalmente por acción del agua.
Como si la mala suerte del señor Goumieres no fuera suficiente, unos sinvergüenzas aprovecharon el caos de la emergencia para ingresar al bar y robar desde sus mostradores unos números de la Lotería de Concepción, por un valor superior a los diez mil pesos. Reporteros del diario "La Nación" informaron, además, que una empleada de la fuente de soda, la señorita Rosa Salazar Cabrera, sufrió un problema cardíaco al estallar el incendio, debiendo ser trasladada también hasta la Asistencia Pública y, después de eso, llevada a su hogar.
Aunque el edificio quedó sólo parcialmente destruido y trató de ser repuesto en el uso comercial, no parece haber más noticias de la Fuente de Soda de Goumieres desde allí en adelante. El número que ocupaba el salón de peinado, en tanto, aparecerá durante los años cuarenta como una casa de empeño y joyería. Años después, el lugar que ocupaba el edificio se fusionó con otros vecinos, en donde estuvo por largo tiempo también la Hostería Antoñana, y ahora corresponden al espacio ocupado por el Centro Comercial Santiago-Bandera.
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