El restaurante del Profesor Topaze
Las cuadras de calle Rosas que tocaban la de Bandera también se vieron comprometidas con el ambiente festivo y recreativo emanado por el ambiente general de Mapocho, durante el período entre ambas guerras mundiales. No llegaron a ser tan intensas como en aquella vía matriz o en el sector de calle San Pablo, sin duda, pero también hicieron su aporte a la formación y extensión del "barrio chino" en los años de la máxime bohemia.
Por aquella razón, en el zócalo del llamado Hotel Río de Janeiro u Hotel Rosas y justo al lado del lugar que ocupó el club Torre Eiffel, llegó a establecerse un bar y restaurante llamado Topaze, también célebre en esos locos años treinta santiaguinos. Específicamente, su local estaba en la dirección de Rosas 1033, número que antes había pertenecido a la casa mayorista del comerciante de origen alemán Guillermo Klimesch. Es en el actual sector de cordonerías y artículos de costuras que existen en la misma calle Rosas, pero por entonces en los límites mismos del área de influencia del ex "barrio chino", que lo separaba del vecindario del Mercado Central, dominado por otras fuerzas y atracciones comerciales.
El nombre del curioso boliche con mucho de boîte evocaba tanto a la comedia "Topaze" de Marcel Pagnol (de 1928), como a la entonces célebre revista de sátira política nacional con el mismo título, y cuyo personaje principal era el Profesor Topaze, justamente. Así lo explicaría Oreste Plath en "El Santiago que se fue":
La popularidad de la revista Topaze hizo que se abriera un restaurante con el mismo nombre, el que contó con el favor del público. La familia Topaze se festejaba en el restaurante y los escritores y artistas lo pusieron de moda y se comentaban los chistes y caricaturas contra el régimen. "Cambiaban las pasiones, pero la calidad del vino Santa Rita no cambiaba en el restaurante Topaze, según los avisos de la revista.
Cumbre del humor político en Chile, la revista que daba nombre al restaurante había debutado en los kioscos de periódicos el 12 de agosto de 1931. Por los casi 40 años que duró su primera y larga etapa de vida pasaron maestros del humor gráfico como Jorge Délano (Coke), Juan Francisco González (Huelén), Luis Goyenechea Zegarra (Lugoze), Hernán Vidal (Hervi), Mario Torrealba del Río (Pekén), René Ríos Boettiguer (Pepo) y Manuel Tejeda (Mono), entre muchos otros próceres de la publicación, cuyo eslogan era "El barómetro de la política chilena".
De entre todos ellos, Coke había sido el principal creador y configurador del Profesor Topaze y del sufrido otro personaje de la revista, el roto Juan Verdejo. La gráfica de la gaceta desarrollada por los dibujantes era inconfundible y bastante propia, en escala equivalente al posterior fenómeno "Mad" de los Estados Unidos. Aprovechando entonces esta abundante iconografía del cómic político, tanto la decoración interior del local de calle Rosas como su publicidad solían aludir a aquel universo de "Topaze" y sus caricaturas, principalmente al famoso profesor. No sabemos si esta connotación fue el atractivo que representaba el negocio para muchos clientes provenientes del mundo de los medios de comunicación y la crónica escrita.
No fue la única vez que revista "Topaze" compartió su nombre, sin embargo: también estuvo el caso de un almanaque, a partir de 1933, una radiodifusora del CE-126 y la sastrería y reparadora de vestuario y sombreros con el mismo título en calle Bandera 20, publicitada por la propia publicación en sus inicios.
Aviso de venta del Hotel Río de la Plata, también llamado Hotel Rosas, en la dirección de Rosas 1017. En su zócalo estuvieron establecimientos como el Regina, el Torre Eiffel, el Topaze y el Voronoff.
El Profesor Topaze en un panel dedicado al personaje, y portada de revista "Topaze" con Juan Verdejo y el mismo Profesor frente al "Congreso Nació-Mal", dibujados por Coke en la edición del 27 de enero de 1932. Fuente imagen: exposición "Un país de tontos graves" del Museo Histórico Nacional, año 2017.
Cuadros publicitarios en 1933 y 1934, publicados en los primeros números de la revista gremial "Vanguardia Hotelera".
El sector de calle Rosas en donde estuvieron importantes establecimientos recreativos, bajo el Hotel Rosas: en el 1021 alojó el Regina, luego el Voronoff; en el 1023, al lado, el Torre Eiffel; y en el ala poniente, en el 1033, el Topaze.
Un ejemplo de la publicidad del Topaze en septiembre de 1932, valiéndose de la imagen del famoso Profesor de la revista homónima. Aviso publicado en "La Nación", hacia la temporada de Fiestas Patrias de ese año.
En 1933, el restaurante Topaze prometía en su publicidad “buen trago”, “buena comida” y “buenos precios”. Aseguraba poseer un “ambiente tranquilo” en sus salas y “comedores de verano” únicos todo el centro de Santiago, como puede leerse en ediciones del boletín “Vanguardia Hotelera” de noviembre de aquel año, órgano gremial de los trabajadores de hoteles, restaurantes, bares y cafeterías. El establecimiento contaba también con un espacio especial denominado Jardín Topaze y se bebían en sus mesas “las ricas chichas de Malloa”. Garantizaba ser "La última palabra en materia de restaurants", en sus avisos, recomendado para familias y también viajeros, dada su proximidad a la Estación Mapocho.
En cuanto a espectáculos, el Topaze ofrecía hasta las dos de la madrugada la música de su orquesta en vivo, siguiendo la tendencia de varios otros clubes y centros culinarios del "barrio chino", cuando los salones bailables desplazaron a las viejas "filóricas". Estas funciones incluían números de variedades en aquellos días, además, como las presentaciones del dúo cómico Berthy y un equipo de hermosas bataclanas entre las que destacaba la “reina” Glory.
Los años treinta, fueron una época en que el Topaze sería lugar de frecuente visita de funcionarios y otros personajes relacionados con la administración pública, por alguna razón que no era exclusiva de este club allí en Mapocho. Nunca le faltaron los hombres de letras, sin embargo, algunos en tiempos de total consagración, como fue Alberto Ried Silva. Es lo que recuerda Plath sobre él:
Alberto Ried repartía en el Topaze generosamente su conversación. Era de una risa franca y desbordante. No soportaba la falta de amigos en su torno, junto a él estaban escritores, poetas y pintores. En su casa se bebía borgoña de la amistad y se recordaba los templos báquicos de Alemania, consagrados a los dioses paganos de la cerveza.
El Topaze seguía muy activo durante 1936 y en el verano a inicios de 1937. Pero aquellos eran ya sus últimos meses en aquella dirección de calle Rosas, pues desaparece de las carteleras poco tiempo después. También tocó este destino a otros establecimientos vecinos ubicados bajo el Hotel Rosas, como el Torre Eiffel y el Voronoff, por lo que pudo haber algún factor contextual en el final del negocio.
Tras retirarse el Topaze desde Rosas 1033, este local pasó a ser la sede de la casa comercial Grimberg. Ya en los años cuarenta, era de la tienda Confecciones CTV. La dirección y lo que fueron sus salas con comedores también han alojado en nuestros tiempos a casas comerciales y tiendas con artículos para costuras, cortinas o manualidades, formando parte de la línea de tiendas de este tipo junto a las que alojan en el primer nivel del vecino Hotel Málaga, cuyo edificio aún hace esquina con calle Puente.
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