El Café Glanz de los universitarios
El Café Glanz de Bandera con San Pablo, en “La colonia alemana en Chile”, año 1920.
Aunque la fiebre bohemia de calle Bandera quedó “lugarizada” en la cuadra del 800 gracias a la impronta dejada por boliches históricos como el Zeppelin y el Hércules, fue en la esquina de la cuadra anterior donde germinó una de las principales simientes de ese ambiente que duró más de medio siglo: el Café de F. Glanz, sitio de gran elegancia y muchas comodidades para el público de entonces.
Partamos recordando que, en donde estuvo antes el antiguo convento de las monjas capuchinas, se construyó entre 1916 y 1917 el edificio enorme neoclásico con grutescos de Bandera, entre San Pablo y Rosas, surgiendo atrás la callejuela de adoquines Capuchinos. Es la misma del anexo carcelario, que también recibió algunos boliches menores y, más tarde, algo de prostitución. Todo el perímetro entre las mencionadas vías es, hasta hoy, la del magnífico inmueble de rentas salido de los tableros del arquitecto Manuel Cifuentes por encargo de don Abdón Cifuentes, su primer dueño y autor del proyecto. Después, el conjunto fue propiedad de las Compañías de Seguros la Chilena Consolidada y La Alianza Chilena, como se leía en una vieja placa metálica empotrada hasta hace pocos años en lo alto de la esquina sur. Residieron en él algunos personajes de renombre, como el ministro representante de Brasil don Amadeo Frerreira de Almedia, fijando su dirección en el 780 en mayo de 1928, y el industrial Pedro Aldunate Solar, quien vivió allí hasta su muerte en 1938.
Entre los varios ocupantes que habían llegado hasta aquel zócalo comercial cuando recién se inauguraba, en 1918 se fundaría el café, confitería y restaurante del señor Glanz, en Bandera 798 con San Pablo. El local tenía barra de cafés finos, helados, refrescos y chocolates calientes. El documento titulado “El Progreso alemán en América. Chile” de 1924, se lo describía en estos términos:
Los clientes gustan de ir a este Café, por cuanto ofrece, como ya dijimos, muchas comodidades, es atendido con especial esmero por todo el personal bajo la hábil dirección de su propietario, y se tiene especial tino en presentar cafés de primera clase, exquisito chocolate y leche pura.
Es también Depósito y Tostaduría de Café y en este renglón mantiene siempre buen stock de las mejores marcas de cafés, que importa de los principales centros productores, por medio de Agentes especiales que asisten a la selección.
En el subterráneo, el Café Glanz posee un espléndido salón de billares con mesas que se mantienen siempre en perfecto estado y en general con limpieza por demás agradable.
En suma, podemos decir que el establecimiento del señor F. Glanz puede figurar entre los principales de la capital en el ramo, cosa que hace honor a su propietario.
Publicidad para el Café Glanz de Bandera 798 en la revista “Juventud”, año 1919.
La entonces conocida esquina del Café Glanz, Bandera 798, en “La colonia alemana en Chile” de 1920.
Publicidad impresa del Café Glanz en 1921, en revistas universitarias de la época.
Más ejemplos de la insistente publicidad para el Café Glanz en la revista “Juventud”, a inicios de los años veinte.
Imágenes del Café Glanz en Bandera con San Pablo, en “El Progreso alemán en América: Chile”, año 1924.
El Edificio Capuchinas en sus mejores años, visto desde Bandera con Rosas. Imagen publicada en revista "Auca" en 1982.
Edificio Capuchinas, esquina de Bandera con San Pablo. Justo en el local de la esquina, en el zócalo, estaba el Café Glanz.
Con tales características, el café se volvió uno de los lugares favoritos para los muchas veces traviesos e impetuosos estudiantes superiores de aquellos años, muy especialmente para los miembros de la famosa Escuela de Medicina. De hecho, el perfil de su público solía ser de gente joven y de cierta inclinación intelectual según señalan ciertos indicios, apareciendo insistentemente el café en la publicidad de gacetas con ese rango de lectores. Además, en las Fiestas de la Primavera organizadas por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), el Glanz solía tener también actividades relacionadas, ofertas y promociones especiales.
Era habitual ver avisos del Glanz en la revista “Juventud” en los años veinte, órgano de la misma federación estudiantil, compartiendo páginas con las del afamado restaurante Santiago de Papa Gage y su Salón de Ostras, o con el restaurante Sevilla de García y Tohá, ambos en calle Huérfanos, además de otros clásicos de la vida social santiaguina de entonces.
Bandera ya se convertía, a la sazón, uno de los sectores favoritos de los estudiantes dentro de toda la ciudad, y más de alguna vez hubo mitines, recepciones o despedidas en la Estación Mapocho en las que participaron, terminando con celebraciones en el Glanz y otros de los primeros boliches de este tipo en la misma calle. Varias barrabasadas juveniles también tuvieron lugar en aquellas cuadras de barrio Mapocho, unas más inofensivas que otras, la mayoría de ellas no tan polémicas ni conflictivas como las sucedidas durante las batidas políticas de 1920 u otras por el estilo, que involucraron enfrentamientos y agresiones. Generalmente, estaban más relacionadas con celebraciones y las mismas Fiestas de la Primavera, de las que el Café Glanz siguió siendo, por largo tiempo, un importante depositario de tales alegrías estudiantiles.
Dicho sea de paso, el Café Glanz tenía una presencia interesante en
el mercado de entonces, trascendiendo al conocido salón y cafetería de Bandera:
su depósito y tostaduría de granos estaba en un inmueble de calle Doctor Brünner
675, entre cuadras por donde se instalaría más tarde el famosísimo y oscuro
barrio de cabarets, moteles y lupanares conocido como Los Callejones,
por
Lira con 10 de Julio. Aquel parece corresponder al mismo inmueble que
aún existe
allí, con aquella dirección. Del mismo modo, hubo tostadurías de café
cercanas
al famoso salón y por la misma época, como la Blanco y Cía. de San Pablo
1081 y
La Estrella del 1084 en esta misma calle, por lo que la presencia de los
cafés parece haber sido importante en aquel período del barrio.
El Glanz aún estaba cosechando utilidades en la esquina de Bandera y San Pablo a inicios de los años treinta. Habría mantenido las mesas de billar hasta algún período, además. Pero la aparición de nuevos negocios con propuestas más novedosas y menos inocentes que la suya, evidentemente fue quitándole puntos de relevancia dentro del barrio cada vez más bohemio, perdiéndose sus huellas después en la línea temporal del clásico Santiago.
El espacio que perteneció al Glanz fue ocupado por una fuente de soda en los años cuarenta. Aún era un restaurante y cafetería casi 20 años después, el que aparece como locación al final del filme nacional "Tres tristes tigres" en 1968. Tras años rotando con diferentes giros, el espacioso lugar que llenaba de luz aquella esquina en el pasado hoy es de una casa comercial importadora y exportadora de artículos de segunda mano. Al ingresar pueden adivinarse cuáles eran sus salones, comparando el espacio actual con las imágenes antiguas que quedaron del Glanz.
Escenas rodadas en 1968 en el local comercial que había pertenecido antes al Café Glanz, al final del filme chileno "Tres tristes tigres", 1968.
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